20111118

MEJOR HABLAR DE CIERTAS COSAS • LA AVARICIA SOJERA DESTRUYE VIDAS HUMANAS Y DESERTIFICA EL SUELO




Campesino,
cuando tenga la tierra
sucederá en el mundo
el corazón de mi mundo
desde atrás de todo el olvido
CUANDO TENGA LA TIERRA •

Informe: Alicia Vicchio / periodista

Dos matones a sueldo del empresario sojero José Ciccioli asesinaron al pequeño productor rural Cristian Ferreyra, miembro del Movimiento MoCaSE. Ocurrió en el poblado campesino de San Antonio, cerca de la localidad de Monte Quemado y a 400 kilómetros al norte de la capital provincial de Santiago del Estero.

Laura Ciccioli, hija del sojero, brindó otra versión. Según dijo "lo que pasó es que esta gente (por el Mocase) amenazó a uno con un arma blanca. Este fue a su casa y se vengó, así que no tenemos nada que ver".

Sin embargo la comunidad afectada cuenta su realidad-real: "San Antonio resiste al intento de desalojo de empresarios que contratan sicarios armados para amedrentarnos" - sostuvo el Mocase e identificó - "a esos empresarios que intentan acaparar las tierras como Julianes, Ciccioli, Ricardo Villa, Saud, que llegan desde Santa Fe y Tucumán".

Estos crímenes invisibilizados los realizan los nuevos paradigmas: las corporaciones transnacionales en América Latina.

Tienen los alcances de un auténtico ecocidio y genocidio, pueden ser considerados -dadas las dimensiones de destrucción, afectación masiva de la salud y muerte que promueven- como delitos de lesa humanidad y de lesa naturaleza.

Santiago del Estero tiene el mayor índice del país en relación con la pérdida de bosques nativos, casi 930 mil hectáreas desde 1998.

LA TIERRA ¿PARA QUIEN LA TRABAJA? • Muchos campesinos santiagueños no tienen el título de propiedad de su tierra, vivir con dignidad no es tarea fácil.

En verano la temperatura alcanza los 52º, y en invierno puede llegar a descender hasta los –10º. Los pequeños ruralistas organizados construyen represas que mantienen el agua de lluvia.

Un 80 por ciento no posee el título de la propiedad de las mismas tierras donde habitaron sus abuelos y padres, sufren intentos de desalojo y denuncias por "apropiación de recursos forestales".

Dichas tierras no fueron reclamadas por sus titulares, por ser consideradas infértiles o de escaso valor para los grandes latifundistas que no le encontraban beneficios.

Pero hoy día cobran valor, debido a la expansión de la frontera agropecuaria ya que son aptas para la siembra de soja. Entonces, grandes empresarios mueven los hilos para desmontar y hacerse de estas tierras, muchas veces con el poder aliado de la in Justicia.

Se aprovechan del desconocimiento de algunos campesinos, recurren a la fuerza y se justifican con un presunto título de propiedad.

Desde hace dos décadas el alto rendimiento económico de la soja pone en jaque a los pobladores.

DESDE ATRÁS DE TODO EL OLVIDO El Movimiento de Campesinos de Santiago del Estero (MoCaSE) señala que es una lucha muy desigual “Porque más allá de que hay una ley veinteañal (usucapión) que protege, ya que en muchos casos venimos de 4 ó 5 generaciones de posesión, las leyes no se respetan, los jueces toman decisiones que te afectan. Sin embargo el poseedor con ánimo de dueño tiene que luchar mucho para ser reconocido. Hay una justicia formal que no se cumple, uno va a la policía y no le toman las denuncias; si la ley está para protegernos, la justicia debería tomar conciencia”

El gobierno genera espacios para que ésto se resuelva, pero no son suficiente, el desmonte avanza y las topadoras invaden territorios. Los terratenientes compran títulos dudosos a cualquiera, después ingresan a los predios, destruyen plantaciones y amenazan a los poseedores.

Los paquetes tecnológicos que incluyen semillas de soja genéticamente modificadas, permiten cultivar en casi cualquier suelo, a fuerza de fertilizantes y herbicidas contaminantes, que borran la frontera natural de los cultivos y provocan enfermedades para la vida humana.

Se desmontan los montes sin tener en cuenta que son parte del ecosistema. Hay especies amenazadas que son fuente de vida para los lugareños, ya que ahí encuentran comida, leña y otros productos.

Y la desertificación del suelo intensifica tanto la sequía como las inundaciones. Y en nombre de don dinero se mata a campesinos, como Cristian Ferreyra. Y hay ausencia del Estado, donde se necesita su más clara presencia.

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