Salvadora / LA QUE NO QUISO SER JARRÓN CHINO

por Alicia Vicchio
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    Se sabe que bauticé a la pareja del exintendente de Moreno Walter Festa con el mote de "jarrón chino". Me refiero a Romina Uhrig, una joven bonita,venida desde muy abajo que eligió casarse con él, parir una hijita, ocupar un cargo jerárquico municipal sin tener experiencias, figurar en la lista a diputados nacionales 2017, y acceder a esa banca en el Congreso en diciembre de 2019, sin militancia, y pasando por encima de muchas otras que lo merecían por su trabajo político. Todo desde la bruta concepción del saber que no sabe. Hay quienes la impulsaron y todavía no piden perdón de rodillas. No es ejemplo de mujer, apenas es objeto decorativo.
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     Ocurre todo lo contrario con Salvadora Medina Onrubia, que no nació en La Plata como aseguran algunas biografías, sino en la costera Gualeguay, provincia de Entre Ríos en 1894, y falleció en 1972, a los 78 años, en la Capital Federal. Salvadora fue periodista, directora de un diario, narradora, poeta, luchó por los derechos de la mujer, y militó en el anarquismo con Simón Radowitzky, quien asesinó a Ramón Falcón, como venganza por la represión a los obreros. La joven Onrubia, con solo 17 años, gestionó su liberación ante el presidente Hipólito Yrigoyen, al no conseguirlo colaboró con la fuga de la prisión. Al ser recapturado, ella pidió que lo indultaran.

   A los 24 años comenzó a escribir para publicaciones como La Nación, Caras y Caretas. Casada con Natalio Botana, fundador del diario Crítica, se pone al frente de la dirección luego del fallecimiento en un accidente automovilístico de su marido. Dirigió y redactó desde 1946 a 1951,con su estilo audaz y desafiante.

  La tildaron de "Venus roja", "descentrada", calificativo que toma para sí y hace culto de ello.

 José Felix Uriburu,la encarcela. Ese que en 1930 es parte de la sublevación cívico-militar derrocando al gobierno democrático de Yrigoyen, primera ruptura exitosa del orden constitucional en la Argentina después de setenta años de legalidad, y se autodesignó "presidente del Gobierno Provisorio". 

   En 1931 Uriburu clausura el medio gráfico, porque revelaba todo el acontecer del golpista y su gobierno de facto, y encarcela al matrimonio. Varios personajes políticos, e intelectuales de la época  remiten una solicitud a  de"magnanimidad" por su "condición de mujer, y poeta". Salvadora se niega, y le remite una carta inolvidable, donde deja expresado su desprecio a Uriburu, y cuyo texto la muestra en toda su personalidad y espíritu bravío.

    "General Uriburu:

   Acabo de enterarme del petitorio presentado al gobierno provisional pidiendo magnanimidad para mí. Agradezco a mis compañeros de letras su leal y humanitario gesto; reconozco el valor moral que han demostrado en este momento de cobardía colectiva al atreverse por mi piedad a desafiar sus tonantes iras de Júpiter doméstico. Pero no autorizo el piadoso pedido. Magnanimidad implica perdón de una falta. Y yo ni recuerdo faltas ni necesito magnanimidades.

    Yo sé sufrir. Sé sufrir con serenidad y con inteligencia. Y desde ya lo autorizo que se ensañe conmigo si eso le hace sentirse más general y más presidente.

    Entre todas esas cosas defectuosas y subversivas en que yo creo, hay una que se llama karma, no es un explosivo, es una ley cíclica. Esta creencia me hace ver el momento por el que pasa mi país como una cosa inevitable, fatal, pero necesaria para despertar en los argentinos un sentido de moral cívica dormido.

    Y en cuanto a mi encierro: es una prueba espiritual más y no la más dura de las que mi destino es una larga cadena. Soporto con todo mi valor la mayor injuria y la mayor vergüenza con que puede azotarse a una mujer pura y me siento por ello como ennoblecida y dignificada. Soy, en este momento, como un símbolo de mi Patria. Soy en mi carne la Argentina misma, y los pueblos no piden magnanimidad.

   En este innoble rincón donde su fantasía conspiradora me ha encerrado, me siento más grande y más fuerte que Ud., que desde la silla donde las personas grandes gestaron la Nación, dedica sus heroicas energías de militar argentino a asolar hogares respetables y a denigrar e infamar una mujer.

   Tengo la vaga sospecha de que Ud. debió salir de algún hogar y debió también tener una madre. Pero yo sé bien que ante los verdaderos hombres y ante todos los seres dignos de mi país y del mundo, en este inverosímil asunto de los dos, el degradado y envilecido es Ud. y que usted, por enceguecido que esté, debe saber eso tan bien como yo.

   General Uriburu, guárdese sus magnanimidades junto a sus iras y sienta cómo, desde este rincón de miseria, le cruzo la cara con todo mi desprecio" // Salvadora, desde la cárcel 

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  Tuvo que vender su palacete en Don Torcuato, donde el pintor David Alfaro-Siqueiro pintó un enorme mural que fue rescatado y hoy se encuentra en la Casa Rosada.

   "Ser una “descentrada” se paga caro", dijo. La historia le debe un espacio, el testimonio de su vida, sus  libros y obras teatrales, y la lucha cotidiana por ejercer sus derechos y los de sus congéneres, sin alharaca y con acciones de fortaleza humanitaria.-