Hebe Uhart / CIUDADANA ILUSTRE DE MORENO

Alicia Vicchio

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    La maestra de las letras morenense Hebe "Chacha" Uhart, de trascendencia internacional, fue declarada "ciudadana ilustre post mortem", en junio de 2021. La misma ordenanza indica que se coloque una placa homenaje permanente a Uhart, en un Complejo bibliotecario que llevará su nombre y comprenderá tres bibliotecas municipales: la Braile, la "José Manuel Estrada", que funcionan en la Casa de Cultura de la calle Dr. Vera, y la biblioteca 'Enrique Rodríguez' (por quien fuera intendente radical), con sede en el edificio del Concejo Deliberante, calle Martínez Melo.

 

  Hebe Uhart nació en la localidad de Trujui, Moreno, el 2 de diciembre de 1936, descendiente de familia vasca por parte de abuelos paternos e italianos, del lado materno. El apellido Uhart es vasco francés. Falleció el 11 de octubre de 2018, en la Capital Federal. Ese mismo año  fue declarado que cada 2 de diciembre (fecha de su natalicio) sea el "Día del Escritor" en el distrito

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  Se fue de Moreno a los 29 años, trabajaba como maestra rural en una escuelita del barrio Cuatro Vientos (Trujui), y en la escuela N° 1, de Moreno centro (ver foto de 1961) «yo les daba clases de "liberación nacional», contaba risueña. 

  Estudió Filosofía y Letras. Nunca quiso definirse como escritora «soy docente», afirmaba en las entrevistas, mientras el gran Rodolfo Fogwill, insistía que ella era «la mejor escritora argentina» 'Chacha' repetía «no hay escritores hay personas que escriben»

   Le gustaba viajar (era cronista viajera), vivir en el noveno piso de un departamento en Acuña de Figueroa, porteño barrio de Almagro, coleccionar objetos de los lugares que visitaba, cocinar budines esponjosos, narrar anécdotas absurdas, hablar horas,  reír y observar. Tenía un cuadernito con frases que abría para leérselas a sus invitados a tomar el té. 

 

De ojos claros, rubiona, llegó a los 81 años plenos, y una enfermedad la noqueó. Escribió de puño y letra todo lo que veía en el sanatorio, hasta que ingresó en terapia intensiva. 

    Este es uno de sus consejos a los alumnos del Taller literario: «Hay que saber irse de un cuento, o de una fiesta. Nada peor que esos que se quedan de más», manifestaba. Fue una sencilla y exquisita maestra de las letras, una irreverente, ponía gesto adusto para las fotos y luego reírse a carcajadas ya fuera del foco de la cámara.

  Lela Rodríguez, profesora de Historia de escuelas locales, la recordó así: «Sus llamadas a la mañana temprano y sus visitas a Moreno. La esperaba en la estación y comentábamos el recorrido. A veces comenzaba en el cementerio, de allí a pasear. Fuimos a Cuartel V y nos encontramos con el padre Juan, el "Negro" Juan. Visitamos familias y comimos un rico asado. ¡Mi inolvidable amiga hermana! Nuestras madres eran amigas de la Parroquia.También conocí y traté a su hermano sacerdote, muerto en un accidente a los 27 años. Su ausencia me duele en el alma. Adiós, Chachita»

  Una de sus alumnas comentó: «Vuelvo de Chacarita. Hebe Uhart no tuvo hijos, me entero de que no hubo día de su internación donde no hubiera alumnos y amigos haciéndose cargo. En Chacarita éramos más de cien despidiéndola y cuando el sepulturero preguntó por los familiares, la gente dijo «todos somos su familia». Y después la aplaudimos»

    Hebe recibió numerosas distinciones y premios, aunque no enviaba material a concursar. No pensaba en ser recordada ni homenajeada luego de muerta «¿para qué me sirve la posteridad si no la voy a ver? Me sirve lo que veo, lo que percibo», avisaba. Tampoco tenía aprecio por las melancolías estériles, ni las preguntas bizarras ni por los bronces.-